BEHAR- BEJUKOTAI
(Vayiqra
25:1-26:2)
Haftara:
Yirmeyahu 32:6-27-18:19
¿Hay
redención prometida para los gentiles?
La parasha da unas instrucciones precisas para
el evento en que alguien requiera ser redimido en propiedades materiales, lo
que nos sugiere así mismo la necesidad de redención de la vida misma por causa
del pecado. Pero estas instrucciones están dadas para el pueblo de Yisrael, y
de hecho fueron proclamadas en Har Sinay, de cuyo nombre sale el nombre de la
parasha. Y por ello cabría preguntar: ¿Y qué pasa con los gentiles? ¿Según la
Torah hay algún plan de redención para ellos?
Una evidencia que nos muestra que los gentiles
son muy amados por HaShem, Baruj Hu, es que precisamente éstos, que son
llamados “nación insensata” o “pueblo que no es pueblo”, son quienes llaman a
celos al pueblo de Yisrael. ¿Por qué? Porque a ellos les son concedidas las
puertas de entrada a las promesas del Santo de los santos, las mismas que
fueron enunciadas a favor de nuestro pueblo, lo que les da la calidad de
conciudadanos de Yisrael.
No podemos afirmar, de ninguna forma, que el
gentil sólo es utilizado para llamar a celos al judío. El gentil tiene un papel
sumamente importante, que es actuar como “agente” que despierta al pueblo de
Yisrael para que vuelva a las sendas de antaño, como así lo quiere El Eterno,
Bendito sea. Y ese papel en gran manera es realizado justamente apropiándose de
las promesas mencionadas, lo cual se logra con una vida centrada en los
designios de El Eterno, lo que de hecho es realidad hoy en día.
Y dentro de las promesas a las cuales las
naciones gentiles tienen acceso, resalta especialmente aquella que tiene que
ver con la simiente de mujer que vencería a la “serpiente”, de manera que la
rectificación efectuada por esta simiente también les cubriera; por ello, sin
duda podemos asegurar que los pueblos gentiles están bajo el amparo de las
promesas celestiales; por supuesto, ellos también deben cumplir con su rol
adecuadamente, pues a las moradas celestiales no se accede de cualquier forma,
sino según lo que HaQadosh, Baruj Hu, ha determinado.
Los pueblos gentiles también adquirieron una
deuda, por causa del pecado; y ya que la redención no se da “en los mismos
términos” que para el pueblo judío, hemos de ver que sí requieren estar “en sus
tiendas”,
de manera que “técnicamente” su redención sí sea posible.
BEJUKOTAI
¿Por qué la insistencia de El Eterno en
salvar a Su pueblo?
Durante el transcurso de la historia
podemos ver que el pueblo judío ha sufrido como el que más una serie de
persecuciones, vejámenes y artimañas de los demás pueblos, que pareciera no
tener fin. Y de alguna forma podemos ver que ello es una retribución mida-keneged-mida
por las acciones del pueblo en contra de la Dignidad de HaShem, Baruj Hu.
Una solución “fácil” a semejante
situación podría ser la total destrucción del pueblo y borrarlo de la memoria
de las demás naciones, lo cual no representa esfuerzo alguno para Bore Olam. Sin
embargo, y aunque casi podríamos asegurar que eso es lo que realmente merecemos,
El Santo de los santos ha “optado” no sólo por dejarlo vivir en medio de sus
adversidades, sino que al final promete su redención para que vuelva a ser uno
con Él en la eternidad. Y esto se puede percibir sin dificultad en los textos
de la parasha, donde a pesar de que Yisrael en el futuro hará lo que no es
correcto, con todo El Eterno la reprenderá y castigará, pero la volverá a
acoger en Su seno.
Posiblemente no exista una explicación
“lógica” a semejante muestra de amor hacia Yisrael. Pero lo que sí podemos
afirmar es que ese gran amor no sólo tiene que ver con el hecho de que antes
del principio Yisrael era uno con la Luz Infinita de Ein Sof, sino que al final
no puede haber impunidad en los actos del ser humano, y ello debe ser
restaurado, para que en definitiva se sepa Quién es el Amo de todo lo
existente.
¿Por qué será posible esta
restauración? En cierta forma podemos afirmar que cada alma en el fondo sabe
que nada mejor hay que ir en la vía de lo decretado por el Creador, pues de
hecho de Él procedemos. Y al darse cuenta que la maldad no paga bien, entonces
decide retornar, esto es, hacer teshuvah, de manera que se abra más y
más la puerta de la esperanza para un pueblo que hubiera podido perderla.
Pero por sobre todas las cosas la
Palabra de El Eterno, Bendito sea, es la que nos da los más poderosos
argumentos para acercar más y más el día final, de manera que la unión que se
había mancillado pueda volver a su estado inicial de perfección. Y esto ya lo
sabe de antemano El Eterno, cuyos Atributos opacan todo lo existente, y aunque
una ínfima chispa de ellos sea la que habite dentro de cada uno de nosotros, es
suficiente para causar que todo vuelva a ser como al principio.
De esta manera podríamos explicar que
en todo tiempo El Eterno ve el final “feliz” de Yisrael, pues el pueblo que fue
concebido como qadosh puede volver a serlo; por supuesto, el yetser
hara ha crecido tanto en poder que es necesario contrarrestarlo, y de ahí
que la presencia del Mashiaj tenga ahora mucho más sentido. Y por ello no
debemos extrañarnos que el Amo del Universo fije tanto Su Atención en algo tan
insignificante como Yisrael.