HAFTARA 51-52-53-54

Haftara:
Yeshayahu 54:1-10
¿La pena de muerte es válida hoy en día?
En Devarim 24:7 está escrito: “Cuando fuere hallado
alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Yisrael, y le hubiere
esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal ladrón, y quitarás el mal de
en medio de ti.” Es interesante que para la palabra “hurtado” en este pasaje,
el vocablo hebreo es gonev (bnEGO),
que tiene el mismo sentido de las palabras “no hurtarás”
que se pronuncian en hebreo lo tignov (bnœgÒTi alo),
con lo cual se está reafirmando que el mandamiento escrito en las lujot
debería ser traducido como “no secuestrarás”, que es la idea que queremos
estudiar en este momento y lo que quiere transmitir el pasaje.
Y para una falta tan grande, se impone la pena de
muerte. Para el “ladrón” de este pasaje el vocablo es ganav (bN:G'), que en consecuencia está totalmente ligado a la
acción de secuestrar,
por lo que la forma de expresar lo que es un ganav es “quien secuestra a
otra persona”, condición que debe ser retribuida con la pena de karet.
Existen muchos países en el mundo en los que su
constitución no habla de la pena de muerte, en gran parte por ser considerada
una retribución muy severa. Por supuesto, hemos de decir que los designios de
estos países no están regidos por los decretos de la Torah, pues de hecho
voluntariamente la rechazaron.
Mas esto no significa en absoluto que la Torah esté equivocada o que haya
pasado de moda. Lo que sucede es que el hombre ha escogido guiarse por su
propia sabiduría, minimizando los decretos divinos, que son los que contienen
la mayor dosis de sabiduría que jamás haya sido promulgada.
Se esgrime con frecuencia el argumento de que la
vida es potestad de El Eterno, lo cual es absolutamente cierto, pero no hay
suficiente conocimiento como para discernir el hecho de que esta orden de
extirpar el mal con la muerte del secuestrador fue promulgada por El Dueño de
la vida. Al minimizar los decretos de los Escritos Sagrados se ha optado por
seguir los postulados de una justicia que está viciada de decisiones que son
torcidas y no expresan la Voluntad perfecta del Santo de los santos.
Veamos un texto interesante: “Sométase toda persona
a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Elohim,
y las que hay, por Elohim han sido establecidas. De modo que quien se opone a
la autoridad, a lo establecido por Elohim resiste; y los que resisten, acarrean
condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir
temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la
autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de
Elohim para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano
lleva la espada, pues es servidor de Elohim, vengador para castigar al que hace
lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón
del castigo, sino también por causa de la conciencia.”
El principio que aquí está estipulado es enunciado
por Rav Shaul a personas de origen gentil que han sido adheridas a Yisrael, y
lo que está haciendo es reafirmar el hecho de que la autoridad lleva la espada
para castigar; cuando se habla de espada, teniendo en cuenta el momento en el
cual se escribió este texto, necesariamente hemos de suponer que está implícita
la pena de muerte, porque de otra forma se hablaría de azotes o pagos
económicos, lo cual no es el caso.
Por tanto, vemos que no solo en el seno del pueblo de Yisrael está
establecida la pena de muerte, obviamente para ser ejecutada por los jueces
autorizados para el efecto, sino también en los pueblos gentiles, pues existen
faltas que no ameritan cosa diferente que la muerte, por supuesto cuando los
testimonios de la obra realizada son irresistibles.
Una argumentación que también se maneja a la hora de no imponer la pena de
muerte es que de existir ésta se cometerían muchas injusticias; dicha situación
definitivamente confirma el hecho de que el hombre en muchos casos no es idóneo
para juzgar con verdadera justicia, lo que es consecuencia de no poseer el
conocimiento de los decretos que están estipulados en la Torah.
Entonces estamos viendo que sí es relevante esta pena cuando las
condiciones la ameritan; que deba ser ejecutada por personas idóneas es otro
asunto, pero esta retribución en la teoría nunca ha dejado de existir; de hecho
las maldades de hoy en día superan en mucho las que conocemos por los Escritos
Sagrados, de manera que no debemos extrañarnos que la pena de muerte
técnicamente esté vigente.
¿Y por qué se impone esta pena en el caso del secuestro? Porque no sólo hay
una humillación extrema de la persona secuestrada, sino que su alma es sometida
a un estado en el que fácilmente puede perder toda conexión con El Eterno, dado
que su prioridad se reduce a obtener de nuevo la libertad y no a mirar a lo
alto. La persona en este estado no expresa fielmente la imagen y semejanza del
Altísimo con la cual fue creada, y por lo tanto es un atentado contra la
Unificación del Nombre Sagrado. Y ello debe ser retribuido justamente.
Comentario sobre la haftara
Nitsavim
(Devarim
29:9-30:20)
Haftara:
Yeshayahu 61:10-63:9
Amor
incomprensible
En Devarim 30:1-10 está
escrito: “Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la
bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en
medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado El Eterno tu Elohim, y
te convirtieres a El Eterno tu Elohim, y obedecieres a su voz conforme a todo
lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,
entonces El Eterno hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti,
y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido El
Eterno tu Elohim. Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más
lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá El Eterno tu Elohim, y de
allá te tomará; y te hará volver El Eterno tu Elohim a la tierra que heredaron
tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus
padres. Y circuncidará El Eterno tu Elohim tu corazón, y el corazón de tu
descendencia, para que ames a El Eterno tu Elohim con todo tu corazón y con
toda tu alma, a fin de que vivas. Y pondrá El Eterno tu Elohim todas estas
maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron.
Y tú volverás, y oirás la voz de El Eterno, y pondrás por obra todos sus
mandamientos que yo te ordeno hoy. Y te hará El Eterno tu Elohim abundar en
toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y
en el fruto de tu tierra, para bien; porque El Eterno volverá a gozarse sobre
ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres, cuando obedecieres a
la voz de El Eterno tu Elohim, para guardar sus mandamientos y sus estatutos
escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a El Eterno tu Elohim
con todo tu corazón y con toda tu alma.”
Desde un comienzo se decretó que el hombre debía
morir por causa de su desobediencia, la cual comenzó cuando nuestros primeros
padres tomaron del fruto prohibido, en total oposición de lo que El Eterno había
establecido como plan de vida para su creación. El error cada vez fue mayor,
pues todas las generaciones desobedecieron mayoritariamente los designios de El
Eterno, y sólo hubo y sigue habiendo un puñado de hombres fieles que han traído
la Misericordia Celestial.
Pero muy a pesar de eso, el final que se vislumbra
en todos los textos sagrados indistintamente conduce a exaltar a Yisrael a un
punto máximo, aunque este pueblo, habiendo sido escogido para los planes
celestiales, le dio la espalda a Bore Olam con sus acciones desviadas.
¿Cómo poder explicar la aparente contradicción que
se presenta al querer El Eterno salvar a Yisrael por encima de toda
consideración? En realidad no existe contradicción; por el contrario, las
promesas de HaShem, Baruj Hu, siempre se han mantenido vigentes durante todo el
tiempo; lo que sucede es que las almas que han pecado han muerto y está muy
cerca el día en el que los enemigos de Yisrael serán derrotados milagrosamente,
porque también “milagrosamente” Yisrael, al ser consciente de sus pecados y de
su precaria condición ante los demás pueblos, finalmente opta por dirigir su
mirada hacia el Sublime Rey del Universo.
Puede ser que este evento pudiera verse como algo
“forzado”, pero es que Yisrael en medio de sus vicisitudes nunca ha dejado de
profesar al menos su creencia en el Uno y Único, de manera que su neshamah
ha entendido que sólo de El Eterno, Bendito sea, provienen las verdaderas
recompensas, pero por sobre todas las cosas la Misericordia y el Poder
suficientes para que Yisrael no sólo sea considerada como digna de compasión,
sino que también sea exaltada en gran manera.
Entonces, las promesas celestiales no hemos de
verlas como algo que se cumple sin importar las circunstancias; más bien son
realidades que han de cumplirse en el tiempo en el que Yisrael ha hecho su
parte y por eso es la hora de recibir su recompensa; pero aún así nuestro
entendimiento no es suficiente para entender cómo a pesar de que como pueblo no
hemos estado a la altura de las expectativas celestiales, El Eterno nos concede
Su abundante Misericordia.
La buena noticia es que no hemos sido llamados a
entender sino a obedecer; por ello, tenemos una gran garantía que no puede ser
derogada, y por esta razón tenemos más que motivos suficientes para pensar que
ese gran final sí es para nosotros. Por supuesto, en estos días cuando se
acerca Yom Teruah, es una excelente oportunidad para ponernos a cuenta y
vislumbrar como nuestro el día de la exaltación de Yisrael.
Vayelej
(Devarim
31:1-30)
Haftara:
Yeshayahu 55:6-56:8
¿Para qué hacer
promesas a una Yisrael que habría de corromperse?
En Devarim 31:16-19 está escrito: “Y El Eterno dijo
a Mosheh: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se
levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar
en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él;
y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé
de ellos mi rostro, y serán consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y
angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está
mi Elohim en medio de mí? Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel día,
por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos.
Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en
boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Yisrael.”
Para responder a la pregunta inicial debemos
analizar este cuadro de dos maneras:
Y La
Fidelidad de las promesas celestiales; dado que El
Eterno no puede negarse a Sí mismo, cumple todo lo que promete; pero esto no es
a cualquier precio, sino cuando se dan todas las condiciones necesarias y
suficientes para el otorgamiento de Sus dádivas. Y esto se refiere al momento
en que ha llegado al colmo la maldad de los enemigos de Yisrael, así como
también el retorno de Su pueblo en teshuvah.
Y El
Amor eterno de HaShem; es tanto el deseo de bendecir a todos los hombres,
que El Eterno permitió que hubiera un escenario de maldad e impureza que
afectara a toda la humanidad, pero en medio de semejante panorama también
permitió que la chispa de Su Presencia se manifestara, especialmente con el
advenimiento del Mashiaj, que vino a oficiar como el perfecto goel que
sacará a este mundo del caos que fue traído por nuestras iniquidades.
Pero a lo anterior hemos de añadir que por causa de
los justos que nunca han dejado de existir, El Eterno ha tenido a bien sostener
el mundo para que al final todo retorne a la perfección inicial, demostrando
con ello que a pesar de nosotros el orden que Él ha impuesto no puede ser
mancillado.
Si Yisrael se corrompió, al final volverá al camino del
que no debió desviarse; y grandes hombres de nuestro pueblo nos lo demostraron
con sus vidas. Nada es vano en los planes celestiales.
Haazinu
(Devarim
32:1-52)
Haftara:
Shmuel Bet 22:1-51
¿Por qué
persistimos en hacer el mal?
Desde los primeros tiempos el ser
humano constantemente ha manifestado su inclinación a hacer lo que no está
establecido en los decretos de la Torah. Por causa de la libertad que nos ha
sido otorgada, cada día que pasa lamentablemente vemos cómo el panorama mundial
se está acercando al abismo del cual no hay retorno, sin que se medite en la
capital importancia que reviste la salvación del alma.
Podríamos atribuir semejante situación
al hecho de que en muchos casos puede faltar información que permita discernir
lo que se debe o no se debe hacer. No obstante, aunque esto podría ser cierto,
no es menos el que la satisfacción de necesidades “inmediatas” ha pasado a ser
el eje central que mueve las vidas de quienes conforman las naciones.
¿Por qué? ¿Cuál ha sido la falla? En
cierta forma se podría decir que no se ha apreciado en su justa medida a Quien
creó todo lo que existe. Por el hecho de que el Bendito Ein Sof no es corpóreo
ni tiene aspecto corporal,
muchas personas se atreven a valorar en gran medida lo que poseen materialmente
o, en el mejor de los casos, sólo mencionan una creencia en alguien pero sólo
de una manera intelectual. Pero no se toman el tiempo para meditar en lo que
demanda el Amo del Universo de cada persona.
El adormecimiento espiritual, del cual
no ha sido ajena Yisrael, ha llevado a la humanidad a actuar de manera tal que
sólo se enarbolan como estandarte unos pocos principios que, aunque verdaderos,
no son suficientes para cumplir con la Voluntad del más Santo de los santos.
Entonces, al buscar la causa de todo
este caos, vemos que todo nace precisamente en la inadecuada utilización de la
libertad con la cual fuimos creados. Muchas personas pueden afirmar con cierta
razón que todo lo creado está dirigido a darnos satisfacción; parcialmente es
cierto, pero en realidad lo creado existe con el propósito de dar alabanza al
Creador. Y el disfrute egocéntrico de los bienes dista mucho de cumplir los
planes celestiales.
Por tanto, es en nuestro interior donde
nace todo aquello que altera el perfecto orden establecido por HaShem, Baruj
Hu. Y aunque de alguna manera seamos conscientes de la conveniencia o
inconveniencia de nuestras acciones, muchas veces no vemos que la cultura de lo
fácil lleva a la destrucción. El yetser hara siempre está presente para
desviarnos del buen camino, y por ello el ser humano ante tan enorme adversario
termina por ceder ante sus engaños.
Y es precisamente esto último de lo que
gran parte de la humanidad no es consciente. Este adversario juega sutilmente
sin que su manifestación sea aparentemente evidente; por el contrario, sus
armas, que muchas veces no se notan y de ahí su poder, llevan a que las personas
no consideren importantes algunas verdades, sólo porque el yetser hara
les dice que son obsoletas. Y esto ya estaba visto en la presencia de El
Eterno, Quien advirtió que las futuras generaciones de Yisrael se corromperían,
lo cual ha sucedido rigurosamente,
lo que no significa que éste fuera Su deseo.
Entonces, para enderezar nuestras
sendas, una vez más es pertinente escuchar con atención las palabras
celestiales, de manera que las llevemos muy dentro de nuestro ser y comencemos
finalmente a llevar a cabo el tikun para el cual fuimos llamados. Para
esto siempre hay tiempo, y hoy es el momento.
Como reza uno de los trece principios de fe del judaísmo,
compilados por Mosheh ben Maimon (Maimonides).
Vezot
Haberaja
(Devarim
33:1-34:12)
Haftara:
Sefardi (Yehoshuä 1:1-9)
Ahskenazi
(Yehoshuä 1:1-18)
Mirar
siempre hacia adelante
En Devarim 34:9 está escrito: “Y Yehoshuä hijo de
Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Mosheh había puesto sus manos
sobre él; y los hijos de Yisrael le obedecieron, e hicieron como El Eterno
mandó a Mosheh.” Hacía muy poco tiempo acababa de morir el más grande caudillo
de nuestro pueblo hasta ese momento, y el pueblo de Yisrael lamentaba de verdad
su ausencia.
El legado de Mosheh fue realmente prodigioso, hasta
el punto de que se le sigue considerando como un gran punto de referencia en el
seno de Yisrael. Sin embargo, inmediatamente después de él se levantó Yehoshuä,
por designio del Altísimo, y fue pleno de la sabiduría que era necesaria para
ayudar a la entrada de nuestro pueblo a la Tierra Prometida.
Fue tan especial esta investidura, que el pueblo no
tuvo ninguna duda en cuanto a la obediencia que debía observar al nuevo
caudillo, muy a pesar de que ya no estaba Mosheh. Esto nos muestra un hecho
ineludible y es que, independientemente de quiénes sean las personas a quienes
El Eterno pone en eminencia, nuestra función no es cuestionarles ni tratar de
hacerlos a un lado, sino más bien ver en ellos la Voluntad Celestial que
debemos acatar voluntariamente.
El Santo, Bendito sea, siempre tiene a bien poner y
quitar reyes u otros líderes; es Él Quien decide sobre las personas que han de
guiar a nuestro pueblo; por ello, no debemos reclamar posición alguna sobre las
demás personas, pues no todos están capacitados para desempeñar a cabalidad el
rol que demanda El Eterno. Pero, por sobre todo, debemos tener en cuenta que
mirar hacia atrás no cambia las cosas; por supuesto, hemos de tomar el buen
ejemplo de nuestros antecesores, pero al vivir en la época que nos toca lo que
mejor debemos hacer es mirar hacia la meta que tenemos delante, de manera que
nuestra forma de vida sea lo que El Eterno ha dispuesto, con las personas que
están en eminencia guiándonos a buen camino.
Nuestra meta no está en el pasado, aunque éste nos
sirve para aprender sobre lo que debemos y no debemos hacer; es en el tiempo
futuro, que depende de cada uno de nosotros, hacia donde debemos proyectarnos,
y para ello disponemos de las lecciones maravillosas de la Torah y los demás
Escritos Sagrados, que nos ayudan a conducirnos correctamente; de las “peleas”
contra nuestros enemigos se encarga El Eterno, Quien ya tiene previsto en gran
manera lo que han de recibir Sus hijos de obediencia.
JAZAK JAZAK VE NIH HAZE