Bereshit
(Bereshit
1:1 – 6:8)
Haftará:
Sefardi (Yeshayahu 42:5-21) Ashkenazi (Yeshayahu 42:5-43:11)
Bueno
en gran manera
Existe una expresión que se repite para toda la obra de
la Creación y es que “vio Elohim que era bueno”, que en hebreo se escribe así: b/fAyKi µyhil¿aÔ ar]Y"w. El
valor de esta expresión es 350, que equivale a ocho, que de alguna manera nos
muestra la perfección concebida desde el principio para que todo existiera
eternamente, así como también su Justicia perfecta (que está representada en el
Nombre Elohim) que se demuestra en que la Autoridad Suprema aprobó todo sin
reparos.
La Creación entonces en un comienzo reflejó la chispa de
perfección que es cualidad preponderante en Aquel que lo llena todo. Y especialmente
en Bereshit 1:31, donde dice: “Y vio Elohim todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”,
se nos está indicando que nada de lo creado tenía defecto alguno y todo cumplía
a cabalidad con la función para la cual fue concebido.
Y dentro de todo lo creado no solamente está lo visible
sino también lo invisible; además de lo que vemos en la naturaleza, igualmente
podemos asegurar sin asomo de duda que los seres creados en las esferas
celestes de la misma forma son perfectos para lo que fueron creados.
Y entonces, ¿por qué surgió algo como el pecado si todo
era tan perfecto? Pues bien, la respuesta no hay que buscarla en algún deseo de
El Eterno por causar caos; más bien debemos enfocarnos en la naturaleza humana,
que se permitió usar la libertad con la cual fue concebida para escoger un
camino diferente del perfecto que se estableció por el Santo de los santos.
Esto en ningún momento contradice los designios celestiales, sino que pone en
muy alto relieve los Atributos de El Eterno, magnificándolos al lado de las
imperfecciones que fueron ocasionadas por nosotros mismos.
Dice el rav Shaul: “Porque todo lo que Elohim creó es
bueno”;
y ello no es más que una confirmación de que la Mano Divina concibió las cosas
de tal manera que hubiera un orden perfecto que se pudiera preservar por
siempre; pero lastimosamente el hombre con sus acciones causó el desbalance que
hoy más que nunca se percibe.
Entonces es aquí cuando vemos que todo fue creado para
que pudiéramos disfrutar de una existencia digna y feliz; el que sea “bueno en
gran manera” nos inhabilita categóricamente para siquiera pensar que el
panorama actual se debió a que la Voluntad de El Eterno así lo había decretado;
por el contrario, si hacemos una comparación de la Creación sin el hombre (o al
menos con éste antes de pecar) y con él (después del pecado), veremos que todo
se “descompuso” cuando el ser humano decidió alterar el orden de las cosas.
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