domingo, 25 de junio de 2023

HAFTARA DE LA PARASHA 39 JUKA

                                                Haftara: Shoftim 11:1-33 PARA MMIDC

 No nos consideremos necesarios En esta parasha ocurren dos hechos importantes para la historia de nuestro pueblo, que son las muertes de Miryam y Aharon. Si bien es cierto que estos dos grandes tsadiqim eran importantes para la salud espiritual de Yisrael, y que fueron verdaderos líderes de nuestro pueblo, también lo es el que cometieron errores que no les permitieron entrar a la Tierra Prometida1 . Ante un liderazgo tan evidente, es muy lógico pensar que ellos podrían haber seguido con el pueblo durante unas jornadas más, ya que su vitalidad estaba vigente; sin embargo, todos sus actos esperaban una retribución como consecuencia, justa como siempre, y por lo tanto el gran regalo de la entrada a la Tierra prometida no era para ellos, lo que no significa en manera alguna que estaban condenados; simplemente ese regalo en especial ya no podía ser disfrutado en ese momento. Si esto lo aplicamos a nuestra vida, veremos que tenemos mucho que aprender de esta lección. 

Es posible que en algún grupo de personas, especialmente el familiar, podamos considerar que somos importantes y, más que ello, necesarios. Sin embargo, al pensar o sentir de este modo, lo que estamos haciendo es alimentar nuestro ego, creyendo que por causa de nuestra influencia sobre las demás personas ello nos convierte en indispensables. Con esto no queremos decir que entonces cada persona es autosuficiente y no necesita de los demás, sino más bien que en últimas, para los planes de El Eterno, realmente no somos más importantes que las demás personas. Veamos un ejemplo: Una empresa mediana o grande normalmente tiene disponible el personal necesario y suficiente para ejecutar sus tareas diarias; si alguna persona falta, lo más seguro es que se le encuentre reemplazo y que esta última persona pueda realizar sus labores como si la primera persona ni siquiera existiera; no significa esto que la primera persona no sirva para el funcionamiento del engranaje de la empresa, sino que si llega a faltar otro hará su trabajo. Y justamente es esto último lo que debemos tener presente; cada uno de nosotros es importante para el equilibrio del mundo; sin embargo, si llegásemos a faltar, difícilmente ese equilibrio sufre una conmoción visible2 . ¿A dónde queremos llegar? A que tratemos de comprender que por más posición social, dinero, fama o cualquier tipo de reconocimientos, siempre habrá personas que puedan hacer lo que nosotros hacemos hoy, lo que demuestra 1 Se podría alegar en su favor el asunto de la edad, pero en realidad este no es motivo suficiente para morir en el desierto; lo más importante es la vida de qedushah. 2 En realidad todos y cada uno de nosotros somos importantes para el equilibrio cósmico; de hecho, cada persona es en verdad importante en la presencia de HaShem, Baruj Hu, pero eso no significa que sea indispensable para las personas. que es bueno que hagamos lo que demanda nuestro rol, pero sin sobreestimar el valor que nos ha sido otorgado, porque de todo lo que hagamos tendremos que rendir cuentas. Lo sucedido con los hermanos de Mosheh, y aún con él mismo, de morir sin entrar a la Tierra Prometida, nos ilustra claramente que es El Eterno Quien decide cómo llevar a cabo Sus planes; siempre habrá personas que puedan hacer las cosas tan bien como nosotros, y aún mejor, y por lo tanto no es nuestra labor actuar como si fuéramos imprescindibles para los demás, sino más bien actuar obedientemente, de manera que al final podamos ser aceptados como obreros fieles. Si Aharon y Miryam, así como también Mosheh, fueron despojados de la posibilidad de disfrutar un regalo tan especial, ¿qué podremos decir nosotros, que no tenemos la misma talla espiritual de ellos? Comentario sobre la haftara

sábado, 17 de junio de 2023

HAFTARA DE LA PARASHA 38 KORAJ

 

Haftara: Shmuel Alef 11:14-12:22

Humildad y justicia van juntas

 Cuando Mosheh supo sobre la actitud de Qoraj lo primero que hizo fue postrarse; no emprendió ninguna acción contra sus contradictores, sino que más bien optó por dejar el asunto en manos de El Eterno, Quien le reveló cómo se aclararía todo el asunto[1]. De esta primera “escena” es mucho lo que podemos aprender para nuestra vida, en especial lo que tiene que ver con el manejo del ego, que siempre es y será nuestro principal adversario en nuestra diaria lucha.

 ¿Cómo es esto? Fácilmente se podría pensar que Mosheh “tenía la suficiente autoridad” como para reprender aún públicamente a Qoraj y sus acompañantes. De hecho en realidad sí la tenía, pero el camino que escogió fue postrarse. ¿Es esto acaso alguna señal de debilidad o de temor a los hombres? Absolutamente no. Por el contrario, Mosheh Rabenu demostró una vez más por qué El Eterno lo escogió para guiar a nuestro pueblo en su travesía por el desierto.

 Mosheh no reaccionó negativamente; él entendió que todos los asuntos de su pueblo estaban en la práctica en manos de El Eterno, y por ello no se molestó en reclamar nada a su favor; sólo se limitó a decir cómo habría de manifestarse la justicia celestial. Él tenía claro que los designios de Yisrael no podían ser torcidos a voluntad por parte de los hombres.

 Semejante comportamiento, tan digno de un tsadiq como lo era Mosheh, quizá no es fácil de imitar cuando, especialmente en público, nuestro honor se puede ver comprometido. Pero es necesario que entendamos que lo que importa en últimas no es nuestro propio honor sino el de El Eterno, Bendito sea, puesto que es de esta forma como la Voluntad Celestial se manifiesta en recompensas a nuestro favor, que muchas veces se convierten en exaltaciones en público sin que las estemos buscando.

 Y al dar este gran paso, necesariamente fluye la Justicia Celestial, que no permite que ninguno de los B’nei Yisrael sea puesto en vergüenza, mucho menos públicamente. ¿Para qué entonces luchamos tantas veces por defender nuestro honor en forma egocéntrica? ¿Acaso no tenemos quién nos defienda? ¿Dónde está nuestra fe que supuestamente declaramos? Es necesario que de la actitud de Mosheh aprendamos que lo prioritario en nuestras vidas sea someter todo a la directriz celestial, de manera que la verdadera justicia resplandezca en cada uno de nosotros y sea la imagen del Todopoderoso la que brille en nuestro ser, de manera que los demás pueblos quieran “eso que está en nosotros”, y por tanto quieran asirse a nuestro talit[2].

 Entonces, como buena lección que nos quede de este interesante pasaje, vale la pena que minimicemos nuestras reacciones, de manera que actuemos de forma tal que cada vez más acrecentemos nuestra actitud proactiva, en lugar de hacerle el juego al yetser hara, que nos impulsa a actuar reactivamente. Y ya hemos visto que esto nos lleva a camino de muerte.

 



[1] Pues todo ocurrió como Mosheh lo dijo previamente.

[2] Ver Zejariah 8:23.

sábado, 10 de junio de 2023

HAFTARA DE LA PARASHA 37 SHELAJ LEJA

 

Haftara: Yehoshuä 2:1-24

Fidelidad en medio de la adversidad

 El conocido relato del envío de doce hombres para inspeccionar la tierra nos deja muchas enseñanzas. Y es pertinente en este momento fijar nuestra atención hacia quienes, a pesar de que prácticamente todo el pueblo estaba contra ellos, decidieron hacer caso omiso de semejante actitud de la muchedumbre, para seguir firmes en su decisión de escuchar y obedecer las directrices celestiales.

 La oposición que Yehoshuä y Kalev encontraron fue tan grande, que estuvieron en peligro de ser apedreados. Y ante la posibilidad de que toda una multitud estuviera presta a hacer efectiva su amenaza, quizá podríamos explicar en cierta forma que no es fácil guardar la compostura, y sobre todo la fe en las palabras del Altísimo. Al menos humanamente hablando.

 Sin embargo, estos dos hombres no negociaron su fe ni sus principios. Tenían tal claridad en las promesas de El Eterno hacia Su pueblo, que desoyeron por completo cualquier consejo contrario a ellas. Yehoshuä y Kalev desestimaron el error de la mayoría, comprendiendo que la Voluntad de HaShem, Baruj Hu, en nada se relaciona con números ni fuerza humanos. El popular adagio que dice que la voz del pueblo es la voz de El Eterno demuestra en este evento su total equivocación, y los dos justos no dudaron en estar dispuestos a sufrir, si ello hubiese sido necesario, la posibilidad de perder sus vidas por causa de la Unificación del Nombre Sagrado.

 Pero justo en el momento en el que las posibilidades de ser avergonzados eran mayúsculas, surge el apoyo de El Santo, bendito sea, porque estaba en juego Su Dignidad a manos de quienes estaban actuando emocionalmente; las apariencias del mundo hicieron mella en prácticamente todo el pueblo y la sombra de duda se esparció muy rápidamente. De ahí que fuera necesaria la intervención divina.

 Esto nos enseña a fijar nuestra atención en equilibrar bien nuestras acciones, palabras y pensamientos, porque es necesario que nos conduzcamos siempre según el orden establecido; y una vez más enfatizamos la necesidad de que sea la neshamah la que señoree sobre el ruaj y el nefesh, y no al contrario, pues ya sabemos que ello puede conducir a verdaderos desastres; es esto tan cierto, que los diez hombres que dieron un mal informe murieron después.

 Por ello, cuán aplicables son para nuestra vida las palabras del Santo Maestro, quien dijo a sus shaliajim: “Mas buscad primeramente el reino de Elohim y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”[1].

 



[1] Matityahu 6:33.

domingo, 4 de junio de 2023

HAFTARA DE LA PARASHA 36

                                             Haftara: Zejariah 2:14-4:7 PARASHA 36

¿De qué tamaño es nuestra confianza en El Eterno?

 En Bemidbar 10:29-32 está escrito: “Entonces dijo Mosheh a Jovav, hijo de Reüel midianita, su suegro: Nosotros partimos para el lugar del cual El Eterno ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros, y te haremos bien; porque El Eterno ha prometido el bien a Yisrael. Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé a mi tierra y a mi parentela. Y él le dijo: Te ruego que no nos dejes; porque tú conoces los lugares donde hemos de acampar en el desierto, y nos serás en lugar de ojos. Y si vienes con nosotros, cuando tengamos el bien que El Eterno nos ha de hacer, nosotros te haremos bien.”

 El Eterno ya ha dado grandes muestras de Su gran Poder a todo el pueblo de Yisrael, lo que pudiera considerarse más que suficiente muestra de que Él es capaz de proveer todo lo necesario para que Su pueblo anduviese protegido en su travesía por el desierto. Al menos eso debería haber llevado a los B’nei Yisrael a acrecentar su respeto, reverencia y fidelidad al Santo de los santos, Quien en los momentos de gran apuro siempre puso a resguardo a Su pueblo.

 Pero surge una petición del propio Mosheh a su suegro, en el sentido de que no abandonara su camino con los B’nei Yisrael, y así podría ser un buen guía por conocer los lugares a los cuales irían. Hemos de ver dos temas:

 Y  En primer luGar, Mosheh quiere persuadir a su suegro, con el fin de que se quede con el pueblo, de manera que también sea beneficiario de las bendiciones que éste recibiría. Esta es una buena razón para insistirle que se quede, y de hecho realmente era la mejor que podía haber en su momento.

Y  Mosheh argumenta que su suegro podría ser un buen guía; y aquí es donde debemos reflexionar un poco acerca de las palabras de Mosheh, pues no esgrimió un argumento distinto para tratar de convencerlo. Esto en realidad podría verse como una confianza débil en las promesas de El Eterno, Quien además en forma visible había guiado al pueblo al abrigo de Su propia protección.

 Respecto del primero de ellos, es esta una actitud digna de imitar, pues nuestro ferviente deseo hacia nuestro prójimo es que su alma no se pierda[1], lo que debemos tratar de lograr con todas las fuerzas de nuestro ser, pues de alguna forma somos conocedores del fin que le espera a quienes optaron por ir conscientemente en contravía de los designios de El Eterno, Bendito sea.

 Pero el segundo caso, si hemos de ser justos, no obedece a una actitud de confianza en El Eterno; es seguro que las intenciones de Mosheh fueron santas, y de ahí que este episodio no sea recordado por HaShem, al menos explícitamente, en cuanto a que Mosheh Rabenu no tuvo buen cuidado de buscar un argumento diferente para hacer quedar a su suegro con su pueblo.

 ¿Cómo pedir a un ser humano, que otrora fue sacerdote de cultos idolátricos, que guíe al pueblo de Yisrael, sabiendo que se dispone del mejor guía que ser humano alguno pudiera tener para sí? Debemos recordar que el fin no justifica los medios, y de allí que parezca haber sido conveniente persuadir con un argumento diferente. Esto último es lo que realmente debería haber sucedido, pues además ello hubiera podido tomarse como una duda respecto de la capacidad de El Eterno para guiar a Su pueblo, jas veshalom.

 Por lo anotado, en definitiva nuestra vida debe estar rodeada no sólo de pensamientos y obras sagradas, sino también de palabras que eleven la Dignidad del más Santo de los santos, pues de esta forma todo nuestro ser está en armonía con los decretos que Él mismo ha dictaminado para nosotros. No olvidemos que tenemos ante nosotros “una nube de testigos” que de seguro en su momento van a declarar en contra nuestra; y todo por nuestra ligereza de labios. Es esta una oportunidad para recordar la gran necesidad que tenemos de hablar un lenguaje sagrado, que nunca atente contra el honor de El Eterno,  Bendito sea; recordemos que por toda palabra ociosa que digamos daremos cuenta en el día del juicio.

 

[1] Lo cual nada tiene que ver con su condición de judío o gentil.

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