Haftara:
Yehoshuä 2:1-24
Fidelidad
en medio de la adversidad
El conocido relato del envío de doce hombres
para inspeccionar la tierra nos deja muchas enseñanzas. Y es pertinente en este
momento fijar nuestra atención hacia quienes, a pesar de que prácticamente todo
el pueblo estaba contra ellos, decidieron hacer caso omiso de semejante actitud
de la muchedumbre, para seguir firmes en su decisión de escuchar y obedecer las
directrices celestiales.
La oposición que Yehoshuä y Kalev encontraron
fue tan grande, que estuvieron en peligro de ser apedreados. Y ante la
posibilidad de que toda una multitud estuviera presta a hacer efectiva su
amenaza, quizá podríamos explicar en cierta forma que no es fácil guardar la
compostura, y sobre todo la fe en las palabras del Altísimo. Al menos
humanamente hablando.
Sin embargo, estos dos hombres no negociaron
su fe ni sus principios. Tenían tal claridad en las promesas de El Eterno hacia
Su pueblo, que desoyeron por completo cualquier consejo contrario a ellas.
Yehoshuä y Kalev desestimaron el error de la mayoría, comprendiendo que la
Voluntad de HaShem, Baruj Hu, en nada se relaciona con números ni fuerza
humanos. El popular adagio que dice que la voz del pueblo es la voz de El
Eterno demuestra en este evento su total equivocación, y los dos justos no
dudaron en estar dispuestos a sufrir, si ello hubiese sido necesario, la
posibilidad de perder sus vidas por causa de la Unificación del Nombre Sagrado.
Pero justo en el momento en el que las
posibilidades de ser avergonzados eran mayúsculas, surge el apoyo de El Santo,
bendito sea, porque estaba en juego Su Dignidad a manos de quienes estaban
actuando emocionalmente; las apariencias del mundo hicieron mella en prácticamente
todo el pueblo y la sombra de duda se esparció muy rápidamente. De ahí que
fuera necesaria la intervención divina.
Esto nos enseña a fijar nuestra atención en
equilibrar bien nuestras acciones, palabras y pensamientos, porque es necesario
que nos conduzcamos siempre según el orden establecido; y una vez más
enfatizamos la necesidad de que sea la neshamah
la que señoree sobre el ruaj y el nefesh, y no al contrario, pues ya sabemos
que ello puede conducir a verdaderos desastres; es esto tan cierto, que los
diez hombres que dieron un mal informe murieron después.
Por ello, cuán aplicables son para nuestra
vida las palabras del Santo Maestro, quien dijo a sus shaliajim: “Mas buscad
primeramente el reino de Elohim y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas”.
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