Vaietse
(Bereshit
28:10 -32:3)
Haftara:
Sefardi (Hoshea 11:7-12:12) Ashkenazi (Hoshea 12:13-14:10)
¿Por qué los tsadiqim son puestos en pruebas tan difíciles?
Y Así como cada obra tiene su
recompensa, también tiene un tiempo preciso en el cual ha de venir; dependiendo de la acción,
la retribución no necesariamente es inmediata, de manera que ésta llega en el
tiempo que dispuso El Eterno, que es Justo por sobre toda justicia. De allí que
muchas veces pareciera que nuestras oraciones no fueran contestadas, pero lo
que sucede es que aún no es el tiempo de recibir la recompensa. Cuando Mosheh
Rabenu estuvo “fracasando” en sus intentos por convencer a Far’oh de que dejara
salir a Yisrael de Mitsrayim, realmente estaba caminando hacia la recompensa de
salir, además con abundancia de bienes; el tiempo estipulado era cuando Far’oh
se negara por décima vez.
Y Cuando un rasha prospera o un
justo sufre pareciera que no hay justicia; cuando se presenta el caso de un
rasha que recibió un bien en gran cantidad, justamente después de haber
cometido alguna falta, se podría pensar que la justicia simplemente no existe,
pues la verdad es que a primera vista esto no tiene ningún sentido; de manera
similar, puede ocurrir que a algún justo le sobrevenga algún mal justamente después
de realizar alguna muy buena acción. En los dos casos una buena explicación es
que cada uno recibió la recompensa por alguna acción pasada, y ese era el
momento de recibir el pago. Y esto es independiente de las demás acciones;
recordemos que cada obra tiene su recompensa. En el caso de un rasha que
prospera podemos citar a Lavan, que prosperó muchísimo cuando Yaäqov estuvo con
él; una buena parte de esa prosperidad fue por causa de haber acogido a Yaäqov.
Un tsadiq que sufre encuentra un ejemplo admirable en Yaäqov, pues tuvo que
soportar muchas penurias, las cuales sucedieron por causa de sus muchos engaños
del comienzo.
Y La temporalidad de las
recompensas en el Olam Haze nos permite deducir que ellas son nada en
comparación con las recompensas eternas; esto no necesariamente significa que
debamos despreciar la abundancia de bienes en esta edad presente, ya que
justamente es aquí donde determinamos el valor de las recompensas eternas, sino
que debemos poner nuestros ojos en lo eterno y no en lo temporal. Ësav es un
buen ejemplo, pues su “recompensa” por vender su primogenitura fue un apetitoso
guisado. Obviamente sabemos que era recompensa para él, mas no para Yaäqov.
Y Las retribuciones también
son “proporcionales” al grado de conocimiento de las personas; esto nos indica que la
retribución de un rasha y un justo por realizar la misma mala
acción es diferente, pues en el caso del rasha el castigo no es tan
grande como podría serlo para un justo, ya que el primero pudo haberlo hecho
por ignorancia, pero el último lo hizo conscientemente. Un ejemplo interesante
es la fornicación que es practicada por las naciones gentiles, que no es
castigada tan duramente; de hecho, en innumerable cantidad de veces no se
castiga; sin embargo, el acto de fornicación de Zimri le significó la muerte a
manos de Pinjas, además públicamente, porque se trataba de un hijo de Yisrael
que conocía perfectamente la magnitud de su falta.
Y El rasha, que no entrará al Olam
Haba, tiene su recompensa en esta edad presente; pues de esta forma no habrá nada para
compensarle en el Mundo Venidero. El ejemplo en este caso es el de la
descendencia de Ësav, que sigue dominando el mundo, pero que espiritualmente no
tiene cabida en el Olam Haba. Por supuesto, nos referimos no a quienes
son descendientes en la carne por el hecho de ser poseedores de esta condición,
sino quienes siguen las pisadas de la maldad.
Y El justo es el fundamento
del mundo;
por tanto, es necesario que demuestre que efectivamente es idóneo para cumplir
los planes de El Eterno, Bendito sea. Las pruebas de los justos son realmente
duras, pero éstos las soportan con paciencia, sabiendo que son siempre para
bien, óptica que no es compartida por el resto del mundo, o al menos por la
mayoría de las personas. No sólo Yaäqov fue duramente probado; el Mashiaj fue
probado hasta ser llevado a la muerte, pues debía probar que sí era el
instrumento adecuado para la redención de la humanidad.
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